Comenzamos nuestro programa con el consumo de naranjas. Nos las trajeron cortadas y estaban muy buenas.
Nos las comemos durante el desayuno y por supuesto no se obliga a nadie, pero sí se anima.
Hay veces que no nos atrevemos a probar algunos alimentos y resulta que luego nos gustan.
Nada más subir del recreo si alguien quiere comer un poco más,
no hay problemas, llegamos con sed y se vuelve a apetecer.
¡Todo un éxito!
La bandeja vacía...
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